
Lamark
decía que: “los
antepasados de la jirafas debían de ser similares a los antílopes
actuales. Hace millones de años, algunos individuos se esforzaban
por alcanzar las hojas de los árboles para conseguir más alimento
que el resto. Para ello estiraban el cuello y las patas delanteras.
Por esta razón, estos órganos se fueron alargando, de modo que al
final de su vida estos animales tenían estos órganos de su cuerpo
más largos que cuando nacieron. Estos caracteres pasaron a sus
descendientes, que volvieron a repetir el esfuerzo de sus
progenitores. Así, a lo largo de muchas generaciones, se consigue el
alargamiento del cuello y de las extremidades anteriores que
caracterizan a las jirafas actuales"